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viernes, 10 de diciembre de 2010

¡AIRE QUE DIBUJA ESPIRALES!

Cuando la derrota es tu aliada,
descubre el manto de tu cara.
Si hurtan tu esperanza y miras
que lo ajeno se te apodera.

Descubres a la artista embravecida
que empuja su propio vuelo.
y va descubriendo con anhelo
que su luz no está perdida.

¿Tengo los años suficientes,
para decir lo que pienso?.
Y predecir que mi mente
es pensamiento espeso.

¿Hay vida más allá de tí?

Lejos de tu boca,
lejos de tus ojos.
Un juego de miedos
agiganta la vida.

La soledad no es estar sin tí,
es admitir que no estás.
Ternura que seca mi rostro,
y empapa mi alma.

¿Y si todo lo iluminas?.

Mi piel,
mis ojos,
mis manos,
mi mente.

¿No existe el olvido?
De verte, de sentirte,
en todas las estancias.
de tus transparencias.

Todo mi mundo
es quizá invisible.
A tu nombre
a tus aguas.

Y abrigamos el miedo,
con tapices dorados.
Mientras jugamos desnudos
entre el olor de tu pìel.

¿Siempre quiero complacerte?

Y en el ocaso contemplarte,
y dejar que el amor crezca,
donde descansa tu calidez,
sembrada de esperanza.

¿Miedo a vivir en soledad?

Temprana voz, quebrada,
sin destino,
sin alma,
sin cuerpo.

¿Qué puede encender la ausencia?

¿El grito? ¿El silencio?
¿O quizá el aire que sostiene,
la nostalgia de lo que fue,
o las noches de silencio?

¿Desafiaremos al tiempo?

Melancolía,siembro tus caminos
sostengo tus instantes.
Abro los labios,
y crece un paisaje de llanto.

¿Existo con la luz de tus regresos?

La casa huele a partida,
a soledad dibujada,
sobre papeles partidos
y latidos en el aire.

¿Están mis ojos a merced de la brisa?

Esperanza recluida en la noche,
que es abrazada por el mar.
Palabras tuyas que regresan
y que vengan de otro lugar.

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